jueves, 17 de enero de 2013

Recuerdos.

Pones la música a todo volumen, te tumbas en la cama, cierras los ojos, escuchas la canción, la melodía, le das sentido a la letra y la identificas con lo que te ocurre. Además de tus pensamientos y confusiones te invaden los recuerdos, se agolpan en tu cabeza momentos que creías haber olvidado pero que ahí continúan, aparecen de la nada, y te das cuenta de que te acuerdas de esos momentos como si hubieran ocurrido ayer. Abres los ojos, con la esperanza de encontrar un punto al que mirar pero tienes la mirada dispersa. Se te nubla la vista y acto seguido cierras los ojos con la esperanza de que las lágrimas no caigan, pero ya es inútil. Notas como se escurren por las mejillas y llegan hasta la comisura de los labios, mientras los recuerdos de los que faltan siguen apareciendo en tu cabeza. Solo recuerdas risas y momentos felices a su lado, solo recuerdas lo bueno, mientras que tu estado de ánimo es totalmente opuesto al de los recuerdos. Es entonces cuando te entregas a ellos y piensas que es bonito recordar a quienes faltan pero con una sonrisa dibujada en el rostro. Sabes que lo que menos querrían es que les recordaras con tristeza y comienzas a recordarles con una pizca de alegría, que poco a poco aumenta, hasta llegar al punto de darte cuenta de que sí, les echas de menos, pero sabes que les disfrutaste mientras pudiste y te hace feliz saber que los recuerdos.. continúan dentro.

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